La Casa de las Hermanas del Buen Samaritano, congregación que nació en Chile en 1978 de manos de la religiosa sor Irene García de Prados quedaba ayer inaugurada y bendecida en un acto que contó con una amplia representación de la sociedad nerjeña.
En la financiación de esta obra ha colaborado intensamente el pueblo de Nerja, el Ayuntamiento, la Fundación Cueva de Nerja y el Ministerio de Trabajo, así como numerosas empresas.
La Casa del Buen Samaritano, que cuenta con 64 plazas, prestará servicios generales de alojamiento y cuidado de los mayores, actividades de ocio y tiempo libre y asistencia médica.
La fundadora de la congregación, sor Irene García, se ha desplazado desde Chile para estar presente en la inauguración. En el acto también estuvo presente del Obispo de Málaga, monseñor Jesús Catalá, quien dijo que la Casa del Buen Samaritano "ha dejado de ser un sueño para convertirse en una realidad".
Por su parte el alcalde, José Alberto Armijo, manifestó su satisfacción "personal y política" por la finalización de la Casa del Buen Samaritano, agradeciendo el apoyo que ha recibido el proyecto por parte de vecinos, empresas e instituciones. El alcalde personalizó este agradecimiento en tres personas: Pepe Cabrera, Pepe Bobadilla y el desaparecido Manolo Millón.
José Alberto Armijo dijo que la Casa del Buen Samaritano es "importante para Nerja, la comarca y la provincia" y destacó que el proyecto ha contado con el apoyo de todos los grupos políticos del Ayuntamiento.
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